jueves, 1 de diciembre de 2011

ALGUNOS DE NUESTROS CUENTOS

LOS NIÑOS MANIATICOS

En un pueblo no muy alejado de la ciudad, se encontraba la escuela más rara del mundo. A ella iban niños con manías extrañas. Esta historia habla de cuatro chicos que con sus manías luchan contra el crimen. El primero de ellos es Yoel, como está todo el rato estirándose, es altísimo, y parece la madre que sale en la peli de Los Increíbles, la segunda es Carla, esta chica si te hace una trenza te mata, lo que pasa es que quiere ser peluquera y para aprender a hacer peinados está todo el día tocándonos el pelo ¡y da unos tirones que no veas! Luego está Juan, parece gelatina de lo bien que baila. Por último, Sara, después de oírla te entran unos mareos… hablaba muy rápido.
Todo empezó un día normal por la mañana, cuando llegaron a clase no encontraron a Susana como de costumbre, si no a un señor con corbata y un maletín que decía que era nuestro nuevo profesor. Preguntamos por Susana y respondió diciendo que nos callásemos, que el solo quería disciplina y educación.
De repente, la pandilla (Yoel, Sara, Juan y Carla) empezó a sospechar, los profesores que dicen eso de la disciplina y educación traman algo que no nos va a gustar nada. Cuando acabó el cole Carla y Juan le siguieron hasta su casa y le vieron planear algo en el portátil. Algo como una reforma del colegio, por lo que se veía en la foto el sustituto colocó una foto de una señal que indicaba que se prohibiría hacer cosas relacionadas con el arte ¡oh, no!
Mientras tanto Sara y Yoel fueron a ver al director a su despacho para comunicarle lo ocurrido, pero, ¡estaba hipnotizado! Por lo visto aquel sustituto era más listo de lo que parecía.
En su ordenador ponía que el nuevo director sería: Secundino Álvarez Romero, éste era el nombre del sustituto. Madre mía esto no sería un colegio divertido si Secundino reinaba como director, quién nos imagina con uniformes, sin recreo, no poder hacer manualidades… ¡que horror!
Había que hacer algo, y pronto.
A la mañana siguiente ya estaban listos para la misión, pero esta vez fue toda la clase.
Cuando llego Secundino a poner deberes ya por la mañana, los alumnos cerraron las ventanas y las puertas dejando la clase aislada del resto.
Cuando se giró para escribir los deberes en la pizarra Carla le empezó a hacer un peinado que ya me lo había hecho a mi que e se llama “Y por último ya no quedó nada…”. Se refiere a que al final de peinarle y todo le hace un tirón tremendo que ya no queda nada de pelo en la cabeza. Luego Yoel le dió un abrazo tan fuerte que el sustituto casi se queda sin aire. Sara se puso a hablar rapidísimo y logro que Secundino se cayera al suelo del mareo. Juan empezó a bailar encima de él. Otros dos niños que se llaman Nathan y Mikel (que son de los más fuertes del cole) le pegaron un par de patadas, pero con cuidado. Los demás niños de la clase llamaron a la ambulancia y deshipnotizaron al director.
Al cabo de unos días todo volvió a ser como antes y cuando se lo contaron a Susana casi se cae de espaldas de lo orgullosa que estaba de nosotros.















Por Beatriz García Díaz 5º A

No hay comentarios:

Publicar un comentario